Leyendo una artículo en un periódico local. Empezaron a publicarse mensajes de texto en la columna derecha, bastante rápidos; anunciando la noticia del fallecimiento de Whitney Houston a manera de bomba catastrófica. Hace pocos días, nos dejaba Spinetta y uno recién empezaba a digerir la noticia. Aprender a aceptar los viajes al Hades con cierta naturalidad; me crean cierto cortocircuito interno tratando de convencerme y aceptar a la vida, tal cual es, para asimilar mejor este tipo de noticias, que asustan. Y el deseo de no dejarme robar los recuerdos de las personas que nos acompañan y forman parte de nuestro Universo, desde un lugar bastante curioso. En el silencio, parece que estas historias pasan desapercibidas, cuando despertamos al día siguiente. Por eso, me detengo en ese instante para recordar.
Se publicaron, fotografías de Whitney Houston muy desencajada. Imágenes lamentables. Qué me sorprendieron sobre manera. Su rostro desfigurado, su cuerpo intoxicado, sus ojos desorbitados pidiendo ayuda, Whitney en sí, una sombra inversa de ella misma. Se me vinieron las imágenes de Amy Winehouse que recorrieron el mundo; ofensivas, horrorosas, ningún respeto hacia su vida personal, videos moralizadores que la satanizaban, la acribillaban contra el paredón de la moralidad, frente a su dependencia con el alcohol y las drogas. Toda esa basura de programas televisivos que atropellan el espacio de intimidad; exponiendo la vida privada de las personas a la colectividad, sin ética, respeto alguno, ni posterior a su fallecimiento. Los altos raintings que permitan subsitan.
La foto de Whitney; es una de esas imágenes que odio haberla visto. No tenía idea de su dependencia con las drogas. Me provocó mucha tristeza esa desolación, soledad, angustia que se reflejaba en su rostro. Un shock entre la imagen que llevo de su pasado. Una Whitney tan en su centro, talentosa, con una presencia escénica impecable, fuerte, de una voz precisa con extraordinaria coloratura, la que me llevaba con su tema I Will Always Love You a soñar con la tragedia de amor y el desencuentro en el Guardaespaldas junto a Kevin Costner de Dances with Wolves. Mi inconciente se niega a asimilar esa imagen tortuosa de último minuto.
Como si estuviéramos en una especie de circo mediático, que exhibe a su presa a manera de monstruo exótico, con la que se ensaña en el momento. El sistema se burla de la derrota de las heroínas y las expone como modelos deprimentes de vida y falta de claridad. Sin reforzar sus aportes y mirar la verdadera desolación de sus almas por su infinita sensibilidad; y la orfandad en estas situaciones particulares. En vez de de agradecer la generosidad con que exponen su interioridad, a través de la melodía de una voz bastante peculiar. El sistema tiende a descargarse sobre estos seres hasta mutilarlos. Un medio musical tan comercializado; las acoge y expulsa como si fueran productos con o sin posibilidades de venta.
Promueve temas y músicos sin talento; mientras las virtuosas van desapareciendo de la atmósfera.
Me pongo a pensar en Tacy Chapman, Sinéad O´Connor, la misma Whitney cuyas voces empiezan a desvanecerse de un momento a otro. Un flechazo fugaz con brillo que desaparece del medio abruptamente. Y mirar de cerca como otras voces, como la de Shakira que pierden autenticidad al apegarse a un sistema: Me es muy difícil escuchar su verdadera voz. Pensar en lo contrario, la autenticidad de Spinetta para defender su espacio creativo a raja tabla.
Mirar también la automutilación de las heroínas por un vacío interior que carcome sus vida paulatinamente; jugando con el filo de la navaja entre la vida y muerte; la agonía del abandono, dónde todo carece de sentido. Un estado de soledad y orfandad absoluta en la vida Estos finales trágicos se dan en espacios bastante impersonales como la habitación de un hotel glamoroso de Beverly Hilton de los Ángeles; dónde Whitney nos deja bastante joven sumergida en una bañera. Irónicamente después de tres días la habitación de hotel vuelve a estar en alquiler...
Para no olvidarme de una heroína talentosa en la tragedia de la vida...
By Nadia