EL CUERNO DEL PODER
dramaturgia Nadia Rosero
El poder devela los mecanismos perversos de la
violencia.
PERSONAJES
M Miranda.
Mujer atemporal de delicadas facciones.
P Voz del Padre ausente de Miranda.
Líder político de 56 años.
Mujer atemporal de delicadas facciones.
P Voz del Padre ausente de Miranda.
Líder político de 56 años.
E Séquito
de ángeles.
Asistentes de Miranda.
Asistentes de Miranda.
B Eco de
voces.
En un micrófono se escuchan: una, dos o tres veces,
palabras, sonidos o frases.
C Flujo de conciencia.
Grabaciones en audio.
En un micrófono se escuchan: una, dos o tres veces,
palabras, sonidos o frases.
C Flujo de conciencia.
Grabaciones en audio.
AT sabueso de la atan.
G Guardia
de prisión.
H Hillary.
Gringa de carácter fuerte.
Gringa de carácter fuerte.
T Traductor.
V1 y V2 Publicidad
móvil.
F sonido.
Músico contrabajista.
O cuerno.
En un mismo
espacio difuso como el de los sueños se perfilan distintos ambientes
anacrónicos minimalistas. Miranda
transita varias vidas en una sola, en dos culturas, la de su origen, Libia, y
Buenos Aires, la ciudad de la furia. A veces es princesa, otras veces mendiga o
profana. Miranda infatigablemente
está peleada con el poder mediático,
político y económico del mundo.
En el fondo hay una pantalla de proyección.
En el fondo hay una pantalla de proyección.
El
Cuerno del Poder se estrenó el día 12 y 13 de septiembre
en el Teatro Variedades.
en el Teatro Variedades.
Dirección y dramaturgia: NADIA ROSERO.
ficha técnica
(M) Miranda, (H)
Hillary y (T) Traductora: Nadia Rosero.
(E) Séquito de Ángeles, (AT) Sabueso de la ATAN, (T) Presentador, (V1) Publicidad móvil: Guillermo Santillán.
(P) Voz del padre ausente en off: Guillermo Santillán.
(C) Flujo de conciencia en off y (B) Eco de voces:
Nadia Rosero y Guillermo Santillán.
Grabaciones en video del Padre: Pablo peña
Canciones originales letras: “Carne vienen a buscar”;
“Shh shh shhh, duérmete niño, duérmete ya”;
y la micro pieza “Caen los techos y edificios”: Nadia Rosero.
video edición y foto fija: Édison Cáceres.
Técnico de sonido: Daniela pabón y juan velasco.
Diseño gráfico, escenografía, utilería e iluminación: nadia rosero.
Vestuario: Nadia Rosero y Guillermo Santillán.
Grabaciones de locuciones: Fabián Romero.
Registro video lectura dramática: diego bolaños.
lectura dramática : EFRÉN vivar y jenny plascencia.
Temporada Malayerba: Ivoneth Rosero.
Duración: 1:20 min.
Temporada Teatro Malayerba, Patio de Comedias, Lectura dramática Ocho y medio, Fragmento Encuentro YOESOTRO Buenos Aires.
Año 2014
Quito - Ecuador.
(E) Séquito de Ángeles, (AT) Sabueso de la ATAN, (T) Presentador, (V1) Publicidad móvil: Guillermo Santillán.
(P) Voz del padre ausente en off: Guillermo Santillán.
(C) Flujo de conciencia en off y (B) Eco de voces:
Nadia Rosero y Guillermo Santillán.
Grabaciones en video del Padre: Pablo peña
Canciones originales letras: “Carne vienen a buscar”;
“Shh shh shhh, duérmete niño, duérmete ya”;
y la micro pieza “Caen los techos y edificios”: Nadia Rosero.
video edición y foto fija: Édison Cáceres.
Técnico de sonido: Daniela pabón y juan velasco.
Diseño gráfico, escenografía, utilería e iluminación: nadia rosero.
Vestuario: Nadia Rosero y Guillermo Santillán.
Grabaciones de locuciones: Fabián Romero.
Registro video lectura dramática: diego bolaños.
lectura dramática : EFRÉN vivar y jenny plascencia.
Temporada Malayerba: Ivoneth Rosero.
Duración: 1:20 min.
Temporada Teatro Malayerba, Patio de Comedias, Lectura dramática Ocho y medio, Fragmento Encuentro YOESOTRO Buenos Aires.
Año 2014
Quito - Ecuador.
EL CUERNO DEL PODER
dramaturgia Nadia Rosero
Cuadro
I
Miranda, espectadora en
el teatro
Miranda, un poco pálida, camina
seguida de su Séquito,
un grupo de ángeles femeninos. Se dirigen al palco principal del teatro. Lleva una mantilla elegante
llena de brocados sobre la cabeza, una cadena dorada delgada traspasa la media
mejilla y la frente en su rostro, los ojos profundamente delineados de negro,
varias pulseras, adornos en las muñecas, dibujados tatuajes de henna con decorados sobre sus
brazos, lleva un cuerno de toro en la cabeza. Sus labios muy marcados de rojo y
el ambiente acompañado de música árabe.
M: (Muy vanidosa.) ¡Estos zapatos ya no los
hacen como antes! (Choca sus zapatos.)
Mis delgados pies apretujados están. ¡Ay qué dolor!
E: ¡Le quedan hermosos, señorita! ¡Son un primor!
M: Vengo a mirar una obra. ¿Cómo
se llama? En tiempos de escasez, más vale recoger el agua de las goteras de la
casa que tirarla por la ventana.
E: ¡Siéntese, señorita Miranda! ¡Siéntese,
señorita Miranda!
El Séquito de ángeles le abanica continuamente.
M: ¿Va a estar Peareshake? ¡Por Dios, abaníquenme
de una vez! Me voy a desmayar. Mi corazón se me sale de la boca en un chistar.
Mucho me han hablado en la corte del talento de Peareshake. Vengo a ver una
comedia o drama. Porque adolorido está mi pie.
E: ¡Señorita Miranda, quítese los tacones! En la
almohadilla los vamos a poner.
M: ¿Qué dirá la sociedad? Mis
dedos crispados y los hongos de mí se han apoderado.
E: ¡Señorita Miranda, tiene pies de Geisha! Son
muy hermosos, como su merced. No se preocupe. Nunca dirán nada.
M: Me duele el brazo de subir y bajar para
saludar a mi amigable pueblo. Siempre quiere más. El público me aplaude, el
público me aplaude más y más. ¡Qué depresión!
E: ¿Qué dice, señorita Miranda?
M: Para mí, un gran honor. A todo lugar al que
voy, me regalan rinocerontes azules. Me sonríe la sociedad con sus dientes de
caballo. Luego, hablan mal de mí por los rincones.
E: ¡Señorita Miranda! Deje de moverse tanto, el
cuerno de la cabeza se le va a caer.
M: ¡No lo toquen, no lo toquen
este cuerno es sagrado!
C: DESCUIDO, cuando se despista, cierra los ojos.
Se llevan todo. Nos dejan sin nada.
M: Mis amantes se llevan mi cariño y me susurran
al oído. Me piden que les regale el reino de mi padre.
E: ¿Lo ha hecho, señorita Miranda, lo ha hecho? Cómo
se le ocurre regalar los reinos de su padre.
M: (Desilusionada.)
¡Por amor perdí a París y por odio a Perugachi! Los novios vienen a casarse
conmigo y saldar las deudas de mi padre. Este hermoso reino tiene muchos
recovecos. ¿Soy ratón yo?
Sonido de F.
B: No eres un ratón.
Eres una ratoncita.
¡Pon, Miranda, tu manita!
Mete tu mano chiquitita,
que la trampa venenosa,
vamos a accionar.
¡Vamos, dulce ratona!
Mete tu manita ansiosa,
que te la vamos a reventar.
E
acciona la trampa de ratones sobre la mano de Miranda. Sonido de F.
M: Trampas para gatos, ratones, perros y leones.
C: TRAMPAS INVISIBLES, las que no se ven pero
existen.
M: Mi mano derecha magullada está. Soy
masoquista. Meto la mano consciente del dolor.
B: ¡Miranda! Eres infeliz con este séquito de
ángeles. Eres infeliz cuando ves el sol. También cuando los vecinos sacan su
cabeza por las ventanas.
C y M: Me voy a poner en estado de APATÍA, viene de apaticus y significa que no me gusta
nada, mi propia inmovilidad. PERMANENCIA, estado de letargo postergado en el
que uno decide permanecer por los siglos de los siglos, amén. Vivo en la PARANOIA,
continua desconfianza de uno mismo y de los demás.
M: A veces caen justos por pecadores o pecadores
por justos. Esquivo mis equivocaciones. (En
voz alta.) Libia es demasiado para mí. ¡No puedo más! ¡Mi pueblo me lo
pide! Hago la venia, las reverencias. Me regocijo en los aplausos. Mañana quién
sabe lo que pueda pasarme. Si la fortuna ahora está de mi lado, es posible que
la penumbra mañana me venga a visitar.
E: ¡Siéntese, señorita Miranda! ¡Esto está por
iniciar!
El
Séquito,
desesperado, saca unas manos mecánicas y una secadora de cabello, como si
estuvieran en un salón de belleza.
M: Me pica el pie. Me pica la peluca. Me puedo
rascar. ¡Ay, ay, ay, ay, ay, ay! ¡Qué
relajante es este lugar! Se parece a un buen SPA. Me falta la
aromaterapia.
El
Séquito
esparce aromas deliciosos en el ambiente, con un chisguete de agua.
E: Pueblo amigo, la voluntad de Miranda es que
debemos esperar. Los aparatos eléctricos en veinte minutos EN OFF se pondrán. ¡Tenga paciencia! ¡Esto
está por empezar!
Los
aparatos eléctricos dejan de sonar y el Séquito de ángeles trae una bandeja llena de
deliciosos manjares exóticos.
M: ¡Mmm… mmm… mmm! ¡Traigan frutas! Hoy quiero
caviar.
E: Enseguida, señorita, le debemos nuestra
libertad.
M: Estiro el brazo nuevamente. (Lanza zanahorias.) Lanzo zanahorias a
mis conejitos ¡Aplauden! (Sonido de aplausos.)
Lanzo más zanahorias a mis conejitos y vuelven a aplaudir (Sonido de aplausos.) Este cuernito en mi cabecita hace que el
pueblo se mueva sin ton ni son. ¡Pueblo, hermano y buen amigo, con ustedes voy
a estar! Ahora mi pie está por reventar. Cada vez me crece más y más. La vuelta
me voy a dar. Por lo tanto, me van a tener que…
Sonido
de campanas. Miranda
está aburrida y se resiste un poco a mirar otras realidades lejanas a la suya.
E: ¡Señorita! Suena la campana. Señal es que la
obra está por empezar.
M: ¡Pásenme los binoculares! Esta otra realidad
voy a mirar. ¡Qué terrible, esperen a que enfoque bien. No veo bien.
P: Prepara tu maleta y desaparece. Es mejor así.
No seas terca como tu madre. Llévate el cuerno de Libia a otra parte. ¡Miranda,
no le digas a nadie que eres mi hija!
El
Séquito
obedece muy deprisa al Padre, le dan una maleta a Miranda. Raramente, le quitan su traje de
princesa, le dejan sin la joyería. Se llevan el cuerno de toro a otro lugar.
Cuadro
II
Miranda y su orfandad
Miranda deambula por las calles de
Buenos Aires sin rumbo fijo, con el vestido raído, sin zapatos, arrastra su
maleta vieja.
M: Me corto las venas cada vez que el mundo me
abre de piernas. Me corto un poco más cuando veo al ferrocarril que deja a la
ciudad en penuria. Los hombres reclaman por los desalojos. A mi padre y a mí
nos arrancan de nuestra tierra. Nos escupen larvas como si fuéramos de goma.
¡No somos de goma! ¡Tampoco de cemento! Tampoco menstruamos en la calle para
que la ciudad apeste. Somos la huella que recorre una memoria. Somos la sombra
que dejan morir en las calles. (Se esconde
en un agujero.) Vivo en un colchón dentro de una estación de subte. Tengo
piojos en la cabeza. Huelo a orines de perro. Me clavan los ojos y se asustan.
No me dejan salir a la luz. Habito en este túnel oscuro. Soy a la que pisan en
la noche. Vivo amontonada en la calle. A la que arrastra el frío en las
mañanas. La que vive de Coca-Cola y bazuco. La que limpia las letrinas sucias.
No preguntan por mi nombre. ¡Ésa soy yo! En la oscuridad me tapan los oídos. Me
revienta la vagina. Soy la cloaca de la ciudad. Soy el blanco perfecto para un policía.
¡Estoy loca! Tengo ligeros tics en la boca. Me tiemblan las manos. Me duele la
cabeza. ¡Tengo que buscar a mi padre! (Se
señala la cara con un cuchillo.) ¡A nadie le importo! Tengo una cicatriz en
la mejilla izquierda del hombre que me golpeó. Era más fuerte que yo. (Sonido de F.) Con resignación
introduzco mis manos en todos los agujeros posibles. (Señala los agujeros del cuerpo con los dedos de la mano.) Uno está
en el centro de mi cabeza, otro en mi pecho y otro en el medio de mis piernas. (Deambula por la calle.) Camino sin
dirección alguna. A veces vivo entre los pitos de los autos y los gritos de la
gente. Me expulsan de los lugares refinados. Vivo de las sobras que dejan en
los platos. Soy mujer pública, al margen de todo y nada. (Buscando casa.) A veces duermo cerca de las alcantarillas, en los
portones de los edificios. Mi casa es flotante. Vivo en esta ciudad fría. (Saca un pedazo de papel periódico.) Introduzco
mis dedos en los agujeros de mi nariz. Me saco los mocos. Me detengo en media
calle.
Baja
un cartel gigante con una publicidad de una modelo top con ropa interior muy
sexy, glamorosa y chic. La modelo sostiene un perfume de Chanel con la mano
derecha. Sonido de publicidad de New York.
Miro fijamente el cartel de
la dama con piel delicada y ropa interior sexy. Comparo mi sonrisa con la suya.
Me pongo al lado para notar los parecidos. ¡Intento sonreír como ella! (Se estira la boca.) ¡Intento
nuevamente sonreír como ella! (Se estira
aún más la boca con las manos.) ¡Es imposible! No tengo nombre. A veces me
dicen ESA que va por ahí. (Se mira las manchas sucias de la ropa y el
cuerpo.) Soy un animal exótico. La modelo salió en las noticias. Parece que
se volcó en un accidente de tránsito. (Se
sienta.) Me siento en la vereda. Me amarro los cordones de mis zapatos
invisibles. ¡Tengo hambre y la ciudad
también! Pregunto a los gatos si soy un perro. Me contestan: ERES UN PERRO SIN
NOMBRE. Me río al saberlo. En esta ciudad anudada, busco una fantasía en mi
cabeza: “Mi padre”.
Miranda se sienta en la vereda. Se
amarra los cordones invisibles de sus zapatos. M y B repiten tres veces.
M y B: Como vidrio
como gato
y vísceras de rata.
¡Necesito, un laxante!
Cuadro
III
Miranda recuerda a su
padre
Del
cuerpo de Miranda
sale una niña pequeña de seis años, que se comunica con su Padre en un
espacio invisible e imaginario, el de los recuerdos de su infancia. Se escucha
el sonido de una cajita musical. Miranda saca de su maleta una pelota de
colores y juega.
P: El tiempo pasó, tu piel de bebé cayó. Ya no te
cagas en los pañales. Aprendiste a usar el baño. Ya no gateas. Ni tienes la
manía de meterte bolas chinas en la boca. Ya no hay que correr detrás de ti y
socorrerte de la asfixia. Se me grabó la imagen tuya, esa manía de correr a
toda velocidad en el andador con tus zapatitos de charol blanco en el aire.
B: Mujer te volviste, mujer te volviste.
Mundo, una mujer me
devolviste.
Un mundo de mujer me
devolviste
Estallabas de risa cuando te
chocabas contra la pared.
Estallabas de risa cuando te
chocabas contra la pared.
Pared… choque, choque, choque
de risa de pared.
Una y otra vez te estrellabas
contra la pared.
P: Era tan divertido verte.
B: Reír, reír, reír, reír.
P: Ahora te chocas contra las paredes. No hay
andador. No, no, no. No te estrellas contra las paredes.
C: DOLOR, sentimiento
repetitivo. No te deja en paz.
P: Caminar. Sí caminaste. Corrías. Sí corrías.
Aprendiste salto alto. Los centímetros del piso subían conforme avanzaban los
obstáculos. El cuerpo ya no daba. Bajabas los centímetros. El cuerpo ya no daba
más. Bajabas más los centímetros. Te mentías a ti misma.
Miranda se cae al piso.
B: Por el puto miedo.
¡En la escuela no te enseñan
a levantarte después de caer!
¡No te enseñan a levantarte
después de caer!
¡No te enseñan a levantarte
después de caer!
P: Puedo darte amor por y para siempre. Soy tu padre,
¡levántate!
Miranda se levanta con dificultad
del piso. Cambia su vestido al de una mujer un poco más moderna.
Cuadro
IV
Miranda inyectada por
un cúmulo de noticias catastróficas
Miranda aparece en otra realidad: el
sillón de una sala frente a su televisor Sanyo antiguo, con una antena torcida
en un departamento bastante modesto. Hay un zumbido continuo e incómodo causado
por la interferencia del televisor. Tiene en la mano derecha el control remoto
de gran tamaño y hace zapping asiduamente. Su cabello es un enjambre chamuscado con mucho frizz. Vive en estado de autoshock cada vez que aplasta el botoncito del
control remoto. En el interior de la pantalla aparecen los sabuesos de la atan disfrazados de conocidos
presentadores de noticieros. Muy hambrientos balbucean palabras en distintas
lenguas. Un cartel baja al escenario con la palabra “aplausos”.
M: Aplasto el botón
Sonido
de zapping.
M y
B: ¡Push, pash! ¡Push, pash, push!
M: ¡Nada! ¡Nada de nada! ¡Nada de nada!
Aparece
el primer sabueso de la ATAN presentador de las noticias. Miranda se
queda suspendida en ese canal.
M: ¡Push! (Cambia
de canal.)
AT: ¡Muy buenos días! ¿Cómo están todos? Espero
que bien. Éste es su canal de siempre y para siempre.
B: “Muertos en vida o vida de
muertos”.
PRIMERA NOTICIA.
(Sonido telediario.)
(Sonido telediario.)
AT: Ayer desnudamos la calle. Jugamos a ladrones,
bandidos del Midwest. Desbloqueamos el seguro de las armas de nuestros
uniformes. Esperamos a la salida del colegio. Un sonido eufórico y desmedido se
escuchaba a los lejos. Chicos hablaban y reían con total algarabía.
Sonido
de F.
B: ¡Buscando ángeles!
AT: Las armas se nos cayeron al piso. Pequeñas
pelotas saltarinas rebotaban cada vez más alto. ¡Las balas salen a lo loco, señores,
a lo loco! ¡Qué disparos! Saltan como palomitas de maíz. Disparamos a los
ángeles de camisetas coloridas. Sus cuerpos iban cayendo. Los sueños de un
futuro más progre también. Los chicos no se protegieron la espalda. ¡Una
lástima!
Sonido
de F.
B: ¡Un stop al corazón! ¡Ah,
ahhhhhhhhhh!
AT: En vez de la ciudad de pájaros voladores, creamos
la ciudad de ángeles caídos. La sangre se derrama de su boca. Líquido de
chocolate. Sus almas desconcertadas abandonaron sus cuerpos.
Sonido
de F.
B: ¡Zip, zip, zap! ¡Shhh… shhh!
(Tres veces se repite.)
¡Zap, zip, zap! ¡Shhh… shhh! (Dos veces.)
¡Zap, zap! ¡Zap, zap!
¡Zippppppppp! (Una vez.)
¡Zip, zip, zap! ¡Shhh… shhh! (Tres veces se repite.)
¡Zap, zap! ¡Zap, zap!
¡Zippppppppp! (Una vez.)
¡Zip, zip, zap! ¡Shhh… shhh! (Tres veces se repite.)
¡Zap, zip, zap! ¡Shhh…
shhh! (Dos veces.)
¡Zap, zap! ¡Zap, zap!
¡Zap, zap! ¡Zap, zap!
Miranda cambia de canal y escucha la
voz del sabueso con voz de pajarraco.
M: ¡Push!
B: SEGUNDA NOTICIA.
(Sonido telediario.)
(Sonido telediario.)
AT: ¡No digas que no te lo advertimos¡ Aquí hay
espacio para pequeñas almitas. El otro día seguimos a un tesorito. Salía con
sus mallas apretaditas. Su faldita corta. Decidimos seguirla en la tarde.
Apenas abrió la puerta de su casa y salió a la luz. Usaba un moñito pequeño.
Una cintita blanca en el cabello. De su mochila brillante colgaban unas
pequeñas zapatillas de color rosa. Un cerquillo flotaba en la mitad de su
frente. Su falda se batía con el viento. Sus medias blancas llegaban hasta
media pantorrilla.
B: La seguimos. ¡Shhh!
Le dijimos: ¡Shhhhh!
Sonido de F.
Le dijimos: ¡Shhhhh!
Sonido de F.
AT: Su inocencia nos mata. Le tapamos la boca.
Tenía dientes filosos. Nos sacó pedazos de piel. Nosotros también.
B: ¡Shhh… shhh… shhh… shhh! Sonido de F.
AT: A pan y agua le tuvimos encerrada en la
covacha. Su rostro se ponía morado. Sus manos amarradas en una cuerda se
estrujaban. Vetas moradas aparecían en su cuerpo. Poco a poco la sangre se
secaba. La circulación se detenía. Sus ojos se cerraban. En un último suspiro
torció su carita a la derecha. Su inocencia la lanzamos en el muelle.
Miranda cambia de canal y se escucha
el sonido de zapping.
M: ¡Push!
B: TERCERA NOTICIA.
(Sonido telediario.)
(Sonido telediario.)
Los
hombres sabuesos bajan el cartel con la palabra “aplausos”. Aparece en el
noticiero de las 8 p. m. Hillary, alias la Clinton, con traducción simultánea
al español.
H: We have Zarafí in our hands,
so common in us. / To make a long rant,
socialist or dictator, dictator or socialist? / Anyway, we raised the question. / We intercepted phone calls with his mother. / We invest in a GPS positioning system. He couldn`t
go to the bathroom, the poor! We don´t forget the advertising.
|
T: Tenemos a Zarafí en
nuestras manos, tan común en nosotros. / Para no alargar la perorata, ¿socialista
o dictador, dictador o socialista? / Da igual, le planteamos la
duda. / Interceptamos las llamadas
telefónicas mantenidas con su madre. / Invertimos en un sistema de
posicionamiento GPS. ¡No podía ir al baño, el pobre! No nos olvidamos de la
frasecita publicitaria.
|
B: The best ideas occur to one in the bathroom.
T: Las
mejores ideas se le ocurren a uno en el baño. (Sonido inodoro.)
AT:
We inspect toilets in
bars. / We
review the sunken remnants of paper cans where he sat his buttocks.
/ We look down. We discovered that he likes hamburgers with french fries and
enough oil. / He had a mistress, which he wrote regularly. / Zarafí arrived
with their young guards in military uniform. Ready to defend the body, life,
soul, heart and pants to their leader. / Zarafí evaded our censors. We
finance entire campaigns that promoted his rejection. We focus on broadcast
advertising, door to door. / We paid false activists who promoted ideas that were
consistent with the mission. / After two years of failed attempts, we located
him by means of a satellite
in a Sorin desert. / We fell with an entourage of eighty armed soldiers. We
took her retinue of virgins as sex slaves. / Launched short and long-range missiles.
We burned civilians as value added. / (Effervescent applause.)
¡We have Zarafí in
prison!
|
T: Inspeccionamos en los
inodoros de los bares. / Revisamos los resquicios de
papel hundidos en los tachos donde sentaba sus posaderas. / Hurgábamos hasta el fondo.
Descubrimos que le gustan las hamburguesas con papas fritas y bastante
aceite. / Tenía una amante, a la que
le escribía regularmente. / Zarafí llegaba con sus
jóvenes guardianas de uniforme militar. Listas para defender en cuerpo, vida,
alma, corazón y calzón a su líder. / Zarafí evadía nuestros
censores. Financiamos campañas enteras que promovían su rechazo. Nos
enfocamos en difundir publicidad puerta a puerta. / Pagamos a falsos activistas que
promovían ideas que nos resultaban coherentes con la misión. Después de dos
años de intentos fallidos, le ubicamos por satélite en un desierto de Sorín. / Le caímos con una
comitiva de ochenta soldaditos armados. Nos llevamos a su séquito de vírgenes
como esclavas sexuales. / Lanzamos misiles de corto y largo alcance.
Chamuscamos civiles como valor agregado. (Aplausos
efervescentes.)
¡Tenemos a Zarafí en prisión!
|
Cuadro
V
Miranda imagina a
Zarafí en prisión
P: Mi voz en una jaula de metal en celo. Escucho
el eco de mis palabras. Me tapono los oídos. No presto atención a mi locura. A nadie, más que a mí mismo, le
interesa lo que voy a decir. Mi voz celofán flota en la liviandad de las almas
ausentes. Le tengo miedo a la oscuridad. Me tiemblan las piernas. El peso de
las botas marciales se acerca. Láminas de hierro por los pasillos. Me taladran
los tímpanos. La llave bailotea en el extremo derecho de su pantalón. Su sonido
es estridente. El desconocido abre la puerta. Me lanza una mazamorra de
gusanos.
Ingresa a la celda el guardia de seguridad con
el instrumental de torturas.
G: ¡Tu comida, hijo de la gran
puta!
P: Si supiera que no conocí a mi puta madre.
Bailotea con la llave en la mano. Una, sinónimo de golpe. Dos vueltas, agua con
electricidad. Tres vueltas, baile de picana. (El guardia tortura al Padre.) Hoy fueron dos. Estoy tres días en este lugar. Le
huyo a mi sufrimiento. De un
ataque de ansiedad engullo mi dignidad como conejo. Como y escupo la
mitad de la comida. Sueño dorado de una anoréxica. Degluto mi vómito. Mastico
mis humillaciones juntas. La piel se me pega a los huesos. Me adelanto al
sufrimiento. Un pequeño haz de luz traspasa las rendijas de la pequeña ventana.
Me toco los labios. Tengo la garganta seca. Estoy deshidratado. El sonido de
las palabras disminuye. Se me pega la saliva pastosa. Mi cuerpo se mueve con
debilidad. Finjo dormir en ese rincón mugriento. Mi mente no se aquieta. Mis
pensamientos no me liberan. Una serie de dudas sobre Libia se posan en mi
cabeza. El capricho desafió a la inteligencia. Hundí a la ciudad y a mi familia
en la mierda. Mis colaboradores desaparecieron de la noche a la mañana. (Recuerda a Miranda.) Miranda, no es necesario que
hagas cola para que doblegues tu autoestima. No soportaría el dolor dibujado en
tu cara. No deseo verte con quemaduras en el cuerpo. Tampoco me haría feliz
saber que fuiste violada por un toro. Promete no decir mi nombre a nadie.
Promete desasistirme en este lugar apestoso. Promete que dondequiera que estés
te vas a cuidar, hija mía. Desearía chapotear contigo en el edén de la alegría.
Cuadro
VI
Noticias en televisión
Miranda sigue buscando información y
observa las grabaciones de video sobre su Padre, a través de celulares, crudas
imágenes subidas al YouTube.
B: CUARTA NOTICIA.
(Sonido de Telediario.)
(Sonido de Telediario.)
M: ¡Push!
B: Un gran homenaje a los muertos. ¡Siéntete
feliz de ser uno de los nuestros!
Aplasta el botón y se
escucha el sonido de zapping.
M: ¡Push, pash, push! (Repiten dos veces.)
National Geographic,
Geographic National, National, National, Geographic.
Se forma una danza de hombres vestidos de negro
con máscaras blancas, boxers largos con caritas felices y amarillas en la parte
trasera, que sacan la lengua. De sus cuellos cuelgan corbatas, banderas
alargadas con el logo de la atan: una estrellita celestial blanca con fondo azul brillante.
Muy parecida a los de la otan. Algunos opositores al gobierno de Libia llevan cuchillos
árabes en las manos. Llevan misiles grandes en las manos. Giran alrededor de un
muñeco grande, representa a Zarafí y hacen rituales apocalípticos. Las imágenes del video
se representan en escena.
AT: Le pateamos y disparamos una
bala de acero en el estómago. Con la otra, le atravesamos los sesos por el
lóbulo frontal. No moría el desagraciado. Lo acuchillamos a sangre fría. (Sacan sus cuchillos.) ¡Su sangre
caliente! (Se repite tres veces. Sonido
de F.) ¡Zuac, zuac, zuac! A pedacitos le rebanamos y despegamos su piel
como si fuera pollo frito. Sus venas se pusieron azules también. (Repite dos veces. Sonido de F.) ¡Zuac,
zuac, zuac! ¡Cortamos su cabeza, cortamos sus brazos, sus piernas y pies
fileteados!
Muestran
las partes del cuerpo de Zarafí frente a la audiencia.
AT: Para festejar fuimos a un shopping. Pedimos un par de cervezas. Metimos sus partes en el
refrigerador. Improvisamos rápidas visitas guiadas. Ofrecíamos máscaras para el
hedor. Las colas de los curiosos eran interminables. Salían con sus intestinos.
A otros les interesaban sus sesos. Otros se comieron sus pupilas como huevos
duros.
Las
imágenes de la pantalla desaparecen y Miranda empieza a sentirse mal, sin
controlar sus agudas ganas de vomitar.
M: ¡Tengo ganas de vomitar!
B: ¡Zuac, guarac, zuac, guarac!
M: Padre, el infierno está en la tierra.
B: ¡Zuac, guarac, zuac, guarac!
M: Vivimos entre caníbales. Verdaderos caníbales.
¡Sácame de aquí, padre! ¡Sácame de aquí!, ¡Por Dios! ¡No puedo más! ¡Voy a vomitar! ¡Voy a
vomitar!
B: ¡Zuac, guarac, zuac, guarac!
El deseo inconsciente de Miranda se ve reflejado en el espacio. Ella agarra un
televisor de cartón lo coloca en el piso y le saca largos hilos negros.
M: (Al
televisor.) ¡Puta tecnología! ¡Puto televisor! ¿Quién me va devolver a mi padre?
¡Putitos! ¡Son unos putitos! ¡Putitos televisores de mierda! ¡No soy muda… no
hablo naderías! Las verdaderas noticias se saben tarde.
B: ¡Devuélvanme a mi padre!
M: ¿Dónde? ¿Dónde? ¿Dónde?
¿Dónde está el cuerpo de mi padre?
¿Dónde? ¿Dónde? ¿Dónde?
¿Dónde está el cuerpo de mi padre?
Cuerpo,
Cuerpo,
Padre,
Padre,
¿Devuélvanme completo el
cuerpo de mi padre?
Miranda se coloca el televisor en la
cabeza.
M: ¡Eh, eh, eh!
Basura, basurita
te me has metido en la
cabecita.
B: ¡Zuaz, zuaz, zuaz!
M: Cabecita, cabecita.
¿Por qué me meten tanta
mentirita?
No soy un calabacín relleno
de aserrín.
B: ¡Zuaz, zuaz, zuaz!
M: Cabecita, cabecita.
Dejen de meternos tanta
mierdita.
No soy calabacín relleno de
aserrín.
B: ¡Zuaz, zuaz, zuaz!
M: Fuerte migraña.
Me revientan los sesos.
B: ¡Zuaz, zuaz, zuaz!
M: De un tajo me revientan los sesos.
B: ¡Zuaz, zuaz, zuaz!
Aparece
su Séquito
de ángeles y destruyen las pantallas de televisores del mundo junto a Miranda.
M: Revienta televisores.
Destruye pixeles,
de información.
B: ¡Ay, nenita preciosa!
¡Deja de limpiarte
el culo con los televisores!
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Fragmento obra "El cuerno del poder" autora Nadia Rosero.
Quito- Ecuador.
Fragmento obra "El cuerno del poder" autora Nadia Rosero.
Quito- Ecuador.
Buenos Aires, 19 de noviembre 2011.
Quito, 1o de abril 2014.
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